Los Bomberos Voluntarios de Arrecifes y su otra faceta solidaria para con la comunidad.
Todo comenzó cuando un papá se acercó y pidió a los Bomberos la posibilidad de visitar en el Hospital a su hijo, un niño fanático de los Bomberos, todas sus cosas eran de color rojo, sus juguetes eran autobombas y su vida rondaba en función de ellos, tanto que su deseo era ir al Cuartel y escuchar las historias bomberiles.
Mientas estaba internado, con un estado de salud muy delicado, le pidió a sus papás un muñeco de bombero. Como se acercaba Navidad, al papá se le ocurrió una idea. Fue entonces que el día de nochebuena, dos Bomberos, ingresaron en la habitación del niño y lo sorprendieron de verdad.
Desde ese día, todos vivieron un momento tan particular, que lo recuerdan especialmente cada Navidad. Pero no solo la familia tuvo una experiencia única y maravillosa, sino que también lo fue para la Asociación de Bomberos Voluntarios de Arrefices.
A partir de esa navidad, un grupo de Bomberos concurren al Hospital local y reparten en la Sala de Pediatría una bolsa con regalos, para que aquellos niños, que se encuentran en un estado delicado de salud, vivan las fiestas de una manera diferente.
Ellos mismos describen la experiencia como “un instante en el que tanto los pequeños y los padres se emocionan, se conmueven, agradecen y tienen un momento de alegría, ilusión”.
Para los Bomberos de Arrecifes lo más gratificante es ver que solo con estar junto a ellos, y sacarse una foto, los niños eran felices. Ver que el verdadero regalo para los chicos era el BOMBERO.
Junto con la campaña de YO SE RCP, la tarea que llevan adelante el cuartel para enseñar a su comunidad las técnicas de reanimación, los bomberos están acercándose más a su gente, de forma mucho más humana, cambiando la imagen que el bombero es más que una persona que apaga incendios.