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  • 01/Feb/2013

El heroísmo de cada día


Desde el anonimato y sin remuneración, los bomberos arriesgan permanentemente su vida. Y cada vez más mujeres se abren paso en este universo lleno de peligros.

“Estaba en medio de un incendio rodeada de un montón de humo y la máscara del equipo se me pegó”, recuerda Elisabet Navarro Brizuela, una de las dos bomberas mujeres que integran el cuartel de Malvinas Argentinas. “No podía respirar y, al estar la máscara pegada, no me la podía sacar tampoco.

Tenía un trayecto de 10 metros hasta la puerta, que no estaba abierta. Tenía que pasar por un agujero que había abajo. Pensé que de esa no salía”, agrega entre suspiros. “Ahí no te queda otra que tranquilizarte y contar hasta 10. Tratás de salir como podés y que afuera te saquen el equipo.”

Por la naturaleza del trabajo y una larga tradición histórica, la predominancia de los hombres es abrumadora en el universo de los bomberos. Y, aunque no existen restricciones legales al respecto, las mujeres deben lidiar con dificultades extra.

“En términos de infraestructura, el cuartel está pensado para hombres. Si bien hay dos baños, hay sólo un cuarto y un vestuario”, explica Navarro Brizuela. Sin embargo, “no hay discriminación en las funciones. Yo siempre les digo a mis compañeros que me traten como uno más, porque yo me preparé para esto: para meterme en medio del fuego, para sacar un cuerpo de abajo del tren.”

Alto riesgo

El reciente asesinato de dos bomberos en los Estados Unidos tras una emboscada conmovió al mundo. Y aunque se trate de un hecho aislado, los bomberos no están exentos de peligros. Quemaduras, traumatismos o lesiones musculares encabezan la lista, sumado al desgaste físico y psíquico.

En este sentido debe tenerse en cuenta que el trabajo de bomberos exige mensualmente una cantidad obligatoria de horas. Si bien ésta varía de un cuartel a otro, por lo general se mueve en un rango de 40 a 60 horas. A lo que debe sumarse que los bomberos se ven en la necesidad de mantener paralelamente otro trabajo como fuente de ingresos.

Por otro lado, trabajar de bombero no se limita exclusivamente al combate de incendios, sino que incluye rescates de todo tipo, intervenciones con materiales peligrosos y evacuaciones, entre otros.

Y así como hay días en que la sirena no da respiro, en otros se liberan momentos de permanencia en el cuartel, lo que no es sinónimo de ocio. “Acá cada uno tiene su sección”, señala Matías Montes, que lleva 5 años como bombero en el cuartel de San Isidro. “Un grupo está encargado del mantenimiento de los materiales del camión; otro del camión en sí; otro del mantenimiento del departamento”, ejemplifica.

Contra el fuego

Los incendios no tienen época, aunque cada estación trae sus cosas. El verano es en este sentido particularmente propenso para accidentes, debido al sol y los incendios de campo que ocasiona. Las fiestas de fin de año, por otro lado, agregan el factor de la pirotecnia. No obstante, el invierno también trae lo suyo, sobre todo por la estufa eléctrica y los chispazos.

Cuando llega el momento de entrar en acción, cada uno tiene una función, si bien esto no es algo fijo ni está necesariamente predeterminado. “Las tareas se distribuyen a medida que se va yendo al incendio, de modo que cuando la autobomba llega al siniestro, cada uno ya sabe lo que tiene que hacer”, explica Montes.
Cómo prevenir incendios

Evitar accidentes no es sólo tarea de los bomberos, sino de todos los ciudadanos. En este sentido, el Consejo Nacional de Bomberos ofrece algunas sugerencias fundamentales para prevenir incendios:

– Tener siempre a la vista los números de los servicios de emergencia.
– No dejar niños solos en la casa, ni dejar a su alcance elementos combustibles o peligrosos.
– Controlar las instalaciones eléctricas por personal calificado y no sobrecargar las líneas.
– En época invernal, realizar chequeos por personal calificado de las fuentes de calefacción.
– No colocar fuentes de calor cerca de elementos combustibles como frazadas, papeles o cortinas.
– No dejar ningún tipo de aparato encendido al ausentarse por tiempos prolongados.

En caso de que no se pueda evitar el advenimiento del fuego, es importante, además de llamar a los bomberos:

– No intentar apagarlo si no se está capacitado.
– No quedarse bajo la cama ni encerrarse en el baño o en los placares, ya que son lugares sin salida que dificultan el posterior rescate.
– Cerrar puertas y ventanas a medida que se las deja atrás, para así evitar la propagación del fuego a otros recintos.
– En caso de encontrarse con una alta concentración de humo, ubicarse lo más cerca del piso posible, ya que siempre es el lugar donde el aire está menos contaminado y hay menos calor.
– Si es un edificio, siempre usar las escaleras (nunca los ascensores), evacuar hacia abajo (ya que la propagación del incendio es generalmente hacia arriba); y, si es posible, cortar los suministros de luz y gas.

Más información:

En Argentina existen aproximadamente 850 Asociaciones de Bomberos Voluntarios. Cada una de ellas, nucleada en la Federación que corresponde a su provincia. Las Federaciones, a su vez, se agrupan en el Consejo Nacional de Bomberos, que las representa en el orden nacional e internacional.

Para saber más del tema o para acceder teléfonos y direcciones de los cuarteles: http://www.bomberosra.org.ar.

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